Bonneville. Capítulo 15: Cumpliendo una promesa



Marta sacaba la punta de la lengua por la comisura de los labios mientras giraba el volante de mi coche. Es la clase de gesto que no inspiraría confianza a un observador avezado. Pero esto era irrelevante, porque cualquier observador avezado habría huido media hora antes, al verse circulando a setenta por hora, en primera y por el aparcamiento de un supermercado.

- Los carros.
- Ya.
- Los carros.
- Que yaaa…
- ¡Esos carros no, estos de aquí…!

Tiré del freno de mano y sujeté el volante. El coche chirrió y se caló. Marta vio, por fin, los carros de la compra que habían quedado a unos centímetros del morro de mi coche.

- ¿Esos carros? Claro, yo es que miraba a aquellos, como en la anterior vuelta casi me los como… Qué manía de poner carros por todas partes.
- Sí, es una falta de respeto – dije recuperando el aliento- Los de los supermercados deberían retirar los carros los domingos, para que la gente pudiese practicar gratis con el coche.
- Pero nadie piensa en los demás, es muy triste.
- Ya, pues si le vas a dar un golpe a mi coche, intenta hacerlo en un lado en el que ya tenga bollo, o sea, en cualquiera menos justo en ese, que eso me pondrá muy triste también.
- Bueno, sigo, giro la llave, acelero en punto muerto…
- No, espera, vamos a parar un poco, quiero fumarme un cigarrillo. A este paso puede que sea el último.
- ¿Vas a dejar de fumar?
- Entre otras cosas.

Le conté cómo había ido  la cena con Madrigal y Mario. Ya sabía lo importante, pero le gustaba enterarse de los detalles. Ella me contó que a Silvia no se le había vuelto a ver el pelo por la Universidad. Una de su grupo de amigas le dijo que se había ido de viaje y que daba el curso por perdido. Que iba a cursar el último año en Suecia. O en Nueva York. O… que lo pensaría, pero que quería pasar un tiempo en el extranjero.

- Se le habrán acabado los idiotas nacionales y está pensando en la expansión internacional. – dije yo.
- No seas tan borde, es una chica… confusa.
- Ya, y además, Víctor no es un idiota, ¿no?
- Muy bien dicho.
- Es un chico muy majo, que sólo va por ahí apuntando a la gente con una pistola
- Que por cierto, me ha dicho que a ver cuándo se la devuelves.
- Dile que nunca. Eso le pasa por amenazarme. Y además, ¿qué haces tú de recadera de ese idiota?
- ¡Que no es un idiota!
- No, es un premio Nobel.
- Es un buen chico. Y además, me está enseñando a ir en moto.

Me sentí utilizado.

- Él te enseña a ir en moto, yo a conducir el coche… si algún día te cruzas con Pedro Duque no quiero saber lo que acabarás haciendo.
- Bah, bah, estás celoso. Pues que sepas que no ha pasado nada, sólo nos hemos tomado algo un par de veces, y me ha dado un par de clases de moto.
- Pues que sepas tú… que lo de las clases de conducir es un truco viejísimo para llevarse a una chica a la cama. No me mires así, que yo no lo hago por eso. Yo lo hago porque te lo prometí.
- Pues es una pena, porque yo sí me acostaría contigo.

Me atraganté con el humo y tosí como un quinceañero en los baños del instituto.

- ¿En serio? – Lo pregunté con un hilillo de voz, como si temiese despertar su sentido común.
- ¡Ja!... ¿tú estás loco? Ni de coña. Pero has picado.

La crueldad femenina es como una serpiente extraviada por el vecino de abajo. Cuando oyes la noticia te pones en guardia. No duermes durante un par de días. Pasan unas semanas, no ocurre nada y  acabas olvidándote de ella. Pero sigue por ahí, escondida. Y un día, al acostarte, notas como algo te clava los colmillos en la pierna.

- Eso ha sido… ruin… sucio… bajo… rastrero…

Marta me lanzó un besito y sonrió. Luego giró la llave de contacto, metió segunda y enfilamos, a trompicones, la recta lateral del aparcamiento.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues nada, un debataliero que te felicita aquí también, en primer lugar, por haber terminado la historia, y en segundo lugar, porque ha sido cojonuda y he pasado un rato estupendo.
Y ya, de paso, pues subimos el contador de visitas ;-)

J. J. Sefton dijo...

¡Un debataliero anónimo! Pues nada, gracias por los piropos :)

Y mándame un MP, hombre, al menos para que sepa quién eres...

Anónimo dijo...

Queremos nuevos casos cabronazo :chis:

Anónimo dijo...

Del tirón me lo acabo de leer. Me gustó mucho. Hace bastante que no escribes, o que yo no te leo! Ponte ya!!!
(porfiii)

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